Los pájaros aún están cantando cuando los fletes con tablones y toldos de la Municipalidad de Rosario llegan a la Plaza San Martín para ir armando los distintos puestos que componen la feria del Programa de Economía Solidaria.

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El emprendimiento alberga a más de 20 expositores que cada semana traen productos elaborados en sus propias casas y fiscalizados cuidadosamente por las autoridades de la subsecretaría que depende del área de Desarrollo Social. Cada uno de los productores va llegando y mientras charlan con sus compañeros de toldo, se van cebando los mates y las risas y las charlas empiezan a tapar cualquier otro ruido que haya cerca.

Los puestos de plantas, con productos de belleza naturales, se ubican llegando a calle Moreno y algunos estudiantes de Derecho se acercan a mirar con detenimiento las flores y los aromas que provienen de las cremas.  Un poco más adelante, siguiendo el camino que las mismas mesas organizan, las manualidades en tela y madera, confeccionadas a veces en ese preciso sitio, son acomodadas con cuidado sobre la tela amarilla que combina con el toldo que cubre a los trabajadores tanto del sol como de la lluvia. Porque no importa que sea invierno o verano, haga frío o calor, la “feria de Economía Solidaria”, como ya es apodada por todos los clientes y transeúntes, está firme en la plaza.

Le seguirán después los puestos con mermeladas caseras, licores y bebidas naturales que no poseen conservantes ni agregados artificiales. Al igual que en otros espacios de la ciudad como el Centro Cultural La Toma, llegando al final de la cuadra se podrán encontrar prendas de ropa que incluyen desde bebés hasta adultos en lana o algodón.



Algunos pasan apurados y no la miran, otros se detienen y miran curiosos cada producto. Preguntan, investigan y los novatos se van animando a comprar algo. Los expositores aseguran que todos los que han probado los productos de la feria han regresado cada semana para volver a comprar. “Como si fuera un súper, la gente viene y consigue muchas de las cosas que necesita acá”, cuentan los feriantes. La atención es amable y personalizada, como en el minimercado del barrio. La gente se conoce y conversa, ofrece nuevos sabores u olores para probar, conociendo a fondo al cliente.



 

“Animarse es todo lo que uno necesita”, dicen las chicas cuando se les pregunta sobre cómo atraer nuevos consumidores.

En este video, algunos de los participantes cuentan su experiencia, cómo llegaron a la feria y presentan alguno de sus productos. Si no los conocés, ellos integran la Feria de Economía Solidaria de la Plaza San Martín y esperan que te animes a visitarlos.